Alphabet, el nuevo "juguete" para los fundadores de Google


Primero fue el buscador, y después vino todo lo demás: la publicidad contextual, el buscador de imágenes, Gmail, Maps, Street View, Blogger... lo que tienen en común es que fueron productos innovadores, incluso revolucionarios y que encajaban entre sí como piezas que fortalecen su ecosistema y negocio centrado en la publicidad. Les hacía ser una empresa cada vez más competitiva distanciándose cada vez más de la competencia.

Pero de un tiempo a esta parte y guiada por las decisiones de sus fundadores Larry Page y Sergey Brin, Google ha sacado los pies del tiesto y se ha dedicado a comprar e invertir en áreas de lo más dispares y extravagantes, y que lo único que tienen en común es que están fuera de su área de competencia, a la vez que según mi opinión han descuidado su verdadero negocio que continúa creciendo sólo por inercia.

Comenzando por las Google Glass, la compra de una empresa que fabrica termostatos "inteligentes"por 3.200 millones de dólares o empresas de robots, teléfonos modulares y su pretensión de conseguir alargar la vida. Una colección de caras ideas descabelladas que parecen ser el nuevo divertimento de dos multimillonarios aburridos con el objetivo de que la humanidad les recuerde por haber logrado algo realmente grande. Algo completamente loable de no ser porque la gasolina para arrancar todos esos caros proyectos son los beneficios presentes y futuros de Google.

Debo reconocer que, ingenuo de mi, pensaba que todas esas locas ideas sólo eran una muy efectiva campaña de márketing con el fin de ofrecer una imagen de empresa innovadora (¡sorpresa! Microsoft invierte más en I+D que Google a pesar de la percepción popular) a la vez que desviaba las miradas de sus prácticas moralmente cuestionables (vender datos de usuarios, privacidad...), sus problemas de seguridad, o sus prácticas monopolísticas. Pero el reciente anuncio de Alphabet es toda una declaración de intenciones: lo que vendrán serán todavía más de esas ideas locas.

Ojo, no estoy diciendo que alguna o varias de esas descabelladas ideas no puedan llegar a buen puerto. Pero aunque así fuera si todo sigue igual de nuevo esos beneficios se volverían a jugar en el casino de las ideas locas cuyo inevitable final para el ludópata todos conocemos.



Creo que a la hora de analizar una empresa hay que fijarse principalmente en dos cosas:

  • Cómo gana dinero: modelo de negocio, sostenibilidad, fortalezas, amenazas, costes, márgenes...
  • Qué hace con el dinero que gana: que básicamente se reduce a 2 cosas. Realizar inversiones para fortalecer su negocio y/o retribuir a los accionistas mediante recompra de acciones o reparto de dividendo.
Y en este segundo punto es donde creo que Google empieza a cojear cada vez más. Como señalo, de unos años a esta parte no he visto grandes movimientos que tengan como fin fortalecer su ecosistema principal (o diversificar su negocio sin salirse de su área de competencia). Al contrario, lo que se hace es mantener altos costes estructurales e invertir ingentes cantidades de dinero en conceptos en los que ni la utilidad práctica ni su rentabilidad está clara, y mucho menos su ventaja competitiva. Y lo peor de todo es que esas inversiones son a costa de ningunear a los inversores.

La recompra de acciones o pago de dividendo ni está ni se le espera. La compañía se ha convertido en una dictadura en la que sus fundadores hacen y deshacen a su antojo ya que gracias a su invento de las acciones de clase B ostentan un 56% de poder de voto a pesar de que apenas poseen un 14% de los títulos de la compañía. Lo que la convierte en su juguete particular, en la que sus intereses por intentar "cambiar el mundo" y la de inversores no tienen por qué estar alineados.

A pesar de todo el mercado parece haber sucumbido al canto de sirenas, y el mero hecho de anunciar que van a dar nombre a este conglomerado sin que haya cambiado nada más, ya es suficiente para que la acción suba un 4%. Algo que me lleva a pensar que quienes están invirtiendo en Google pueden ser carne de burbuja.

Insisto. No estoy diciendo que algunas de sus ideas no puedan cosechar el éxito y cambiar el mundo. De hecho tengo mucha fe en cosas como la conducción autónoma. Pero dados los tintes especulativos que está cogiendo la acción me quedo con otros valores como Microsoft o Apple que centran sus inversiones en fortalecer su negocio y respetan al accionista.

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